Lee este apartado que hemos dispuesto según sea tu situación. Basta con que pulses sobre el apartado que quieras leer y te llevará al lugar de la página en que está desarrollado. Hemos dividido la página en cuatro apartados diferentes:
Evidentemente la persona que mejor puede decidir si lo que ocurrió fue un maltrato eres tú, en base a si lo que hizo te causó mucho daño.
Seria preferible que primero contestases el cuestionario que está en el apartado de Indicios de esta página web. También estaría bien que revisaras el apartado Sobre el Maltrato.
De todas formas seguro que tú tienes tus propias pistas. Algunas coincidirán con las que te vamos a contar a continuación:
1. Una de las primeras cosas que ocurren cuando alguien nos hace daño es que nos quejamos. Piensa en cómo ha respondido tu pareja después de que hablaras con él sobre lo que ocurrió y cómo te hizo sentir.
Excusas muy utilizadas por maltratadores que han repetido sus agresiones son: que tiene que dejarte claro lo que quiere de ti y no dejar pasar una, que el que manda en la relación es él, que tú le has provocado, que tú le hiciste perder los nervios, que tan sólo quería que no le dejaras, que tenía miedo a perderte, que estaba enfadado, que tenía un mal día, que no se siente comprendido, que no recuerda nada de lo ocurrido, que perdió el control, que tuvo problemas en su infancia, que se debió al alcohol, etc. En definitiva, no se responsabilizan de lo ocurrido. Piensa en la excusa que te ha dado.
2. Otra cosa que hacemos cuando nos hacen daño es contárselo a alguien. Puede que la persona a la que se lo has contado te haya respondido que la vida en pareja no es fácil y que tendrás que sacrificarte un poco, que los hombres son así, que si no aguantas un poco te quedarás sola, que habrás hecho algo para que él reaccionara así porque generalmente no se comporta de esa forma, que todos los hombres son iguales, que es algo nervioso, que lo está pasando mal, que entonces que haces con él, etc. Piensa en la relación que tienes con esa persona y la relación que tiene con tu pareja, ¿es imparcial? ¿Es una persona experta en maltratos? ¿Qué tipo de relación tiene con su propia pareja? ¿Ha entendido bien todo lo que te está pasando?
3. Volviendo de nuevo a esas ocasiones en que tu pareja te hizo daño o te hizo sentir mal, responde a las siguientes preguntas:
- ¿Qué quiere él que hagas?
- ¿Qué conseguirá él si haces lo que él quiere?
- ¿Y tú qué conseguirás?
Dos ganancias que suelen conseguir los varones que maltratan a sus parejas es tener el poder y controlar a su pareja (e hijos/as). No suele haber una negociación en la que los dos miembros de la pareja participan al mismo nivel. Piensa quién de los dos sale ganando más cosas si tú haces lo que él quiere.
4. Puede que él se muestre arrepentido, te pida perdón y que no lo abandones. Algunos maltratadores dicen que van a cambiar, pero luego no acuden a las sesiones con el profesional que han elegido para que les ayude. Piensa en cuántos esfuerzos estás haciendo tú para ayudarle y cuántos está haciendo él. ¿Te ha vuelto a hacer daño después de decir que no lo volvería a hacer?
Nadie mejor que tú sabe lo que te hace daño y nadie tiene por qué soportar todo el daño en una pareja.
Quizá, lo que les ha ocurrido a otras mujeres te sirva de ayuda:
“Lo veía por la televisión y no me daba cuenta que yo era una de ellas, hasta que hablé con un abogado porque no aguantaba más y quería separarme”
“En el Centro de Atención a la Mujer me atendió alguien y me dijo que lo que me ocurría es que mi marido me estaba maltratando. Que eran maltratos aunque no me pegó, pero todo lo demás que hacía eran maltratos”
“Cuando la policía me preguntó y les dije lo que hacía me dijeron que no era sólo pegar, que hay más formas de maltrato y me valió mucho. No me consideraba maltratada, como era más psicológico. Lo empecé a ver cuando me separé, antes no me daba cuenta cómo me trataba”
“Durante el matrimonio no era consciente de los maltratos como ahora. Incluso yo me echaba la culpa de todo. Cuando me separé me seguía echando la culpa por haberlo abandonado”
“Decía que iba a cambiar. Pero nunca iba a las citas del psicólogo”
“Decidí separarme cuando me di cuenta que no iba a cambiar. Yo no quería romper la familia. Al principio pensé que era el alcohol, mi suegra decía que eran los nervios y yo seguía intentando encontrar la forma de cambiarlo”
Si sospechas que lo que está haciendo tu pareja es maltratarte, toma precauciones para protegerte a ti y a tus hijas/os. Lee los consejos del final de esta página.
Si sigues insegura con respecto a lo que está ocurriendo con tu pareja, no dudes en consultarnos, entrar en el foro, llamar al 016 o acudir a cualquiera de los recursos que señalamos en el apartado Dónde Acudir en busca de información.
Puede que todavía tengas alguna duda sobre si él puede cambiar. Quizá has intentado hacer cosas para ayudarle, para evitar que se enfade o no hacer aquello que le disgusta y le hace perder el control. Piensa qué cosas que te gustaban has dejado de hacer, a quién has dejado de ver, cuántos sacrificios has tenido que hacer por él. Después, piensa qué cosas ha perdido él o en qué ha cambiado.
Ninguna persona merece ser maltratada. La responsabilidad del maltrato es de quien comete la agresión, así como la posibilidad de cambiar. Si con todos los esfuerzos que has hecho no has conseguido ayudarle y sigue tratándote mal, es el momento de pensar que quizá la ayuda que necesita no se la puedes ofrecer tú. También va siendo el momento de pensar en ti misma.
Quizá alguna persona cercana te esté diciendo que no te separes, que una buena esposa no se rinde tan pronto, que eres tú la que le exiges demasiado, que con lo bien que vives qué más quieres que haga él, que qué harán tus hijos sin un padre, que de qué vivirás, etc. Piensa si esa persona está siendo imparcial, qué ventaja obtiene si tú sigues conviviendo con tu pareja o a qué cosas difíciles se va a tener que enfrentar si rompes la relación ¿Esa persona conoce todos los detalles de los maltratos?
Tal vez has pensado que lo mejor es romper la relación o separarte, pero cuando lo piensas te sientes sola, incapaz, sin trabajo, con dudas sobre si te quedarás sin domicilio y cómo saldrás adelante después, cómo cuidarás de tus hijos/as o de tu madre o de alguna otra persona que dependa de ti.
Muchas mujeres que han conseguido alejarse de su pareja agresora han pensado en todas esas dificultades. Sin embargo, también afirman que apenas han dado el primer paso de la separación ya han disfrutado de beneficios mucho más importantes: recuperar la salud, recuperar la tranquilidad, conseguir el bienestar de los hijos/as, manejar la economía una misma y distribuirla según sus propias necesidades y las de sus hijos/as, dormir, etc.
Puede que te veas sin fuerzas, acabada, con un abismo ante ti cada vez que piensas en todas las cosas que tienes que hacer para separarte. Piensa en cómo discurre un día de tu vida y las pequeñas cosas de las que te encargas. ¿Quién te está diciendo continuamente que no vales para nada?
Ante todas estas dudas lo mejor es que te informes primero de tus derechos, de los últimos cambios de las leyes en materia de separación, de las ayudas estatales a las que puedes optar, etc. Lee el apartado Conoce tus derechos de esta web. También puedes buscar ayuda de profesionales que trabajen en cualquiera de los recursos del apartado Dónde Acudir de esta web. Puedes pedirles toda la información que necesites y luego tú decides qué hacer.
Cuando se intentan muchas cosas para solucionar un problema lo más fácil es empezar a pensar que el problema no tiene solución. Piensa en todas las cosas que has intentado, ¿qué ha hecho él en cada uno de tus intentos? ¿Ha colaborado o te ha ayudado?
Nunca es tarde para encontrar una solución. Puede que no hayas acudido al sitio adecuado o que no hayas dado con la persona adecuada, que te haya comprendido. Las mujeres maltratadas que han tenido más éxito en su búsqueda de ayuda han acudido a personas expertas en maltratos y entre éstas, han probado hasta dar con la persona que han sentido que las escuchaba.
Es muy habitual que los maltratadores amenacen con hacer daño a sus parejas, a los hijos/as o a otras personas, si les abandonan. Puede que tengas miedo a la reacción de tu pareja, a si cumplirá sus amenazas. Piensa que eso es justo lo que quiere, que tengas miedo y que no te atrevas a actuar. ¿Cuántas veces te ha dicho que no le digas a nadie lo que ocurre?
Los maltratadores saben muy bien que el apoyo de otras personas es muy importante para romper el miedo de sus parejas. Así que lo primero que hacen es aislarlas de otras personas para que así no puedan pedir ni recibir ayuda. También amenazan de formas muy variadas para que sus parejas no se lo cuenten a otras personas. El miedo y el silencio es su mejor aliado. Por eso, si tienes miedo lo mejor es recurrir a otra persona y si ésta no comprende lo que te ocurre, buscar otra.
Ante las amenazas, lo mejor es tomar precauciones. Ser precavida nunca está de más. Lee los consejos del final de esta página.
Quizá, lo que les ha ocurrido a otras mujeres te sirva de ayuda:
“La orden de protección es una seguridad, que tienes ahí a alguien. Creo que me hubiera hecho algo si no la tuviera. Me siento segura sabiendo que están ahí y puedo llamar en cualquier momento”
“Quise separarme dos años antes de hacerlo. Quería separarme de mutuo acuerdo, pero él se echaba atrás en el último momento. Al final pedí ayuda para separarme y me hablaron de la casa de acogida, que rechacé al principio. A los dos días decidí ir [...] Ahora estoy en otro piso, vivíamos en un alquiler.”
“Él no quería separarse, pero yo llevaba tres años pensándolo. No podía salir de casa, ese control… no lo aguanté más. Dijo que me iba a matar. Le pusieron una orden de alejamiento y tres meses después la quebrantó y me pusieron otra. Le iban a mandar horas de servicios comunitarios y entonces dejó de molestarme. Ahora estoy bien, tengo ilusión. […] No, no estoy en el piso donde vivíamos, me fui, no quise quedar ahí”
“Pensé en separarme por cómo se portaba con mis hijos. Mi hijo salió en mi defensa porque me pegó y él le agredió”
“Me apuntaba a cursos de informática, idiomas, búsqueda de empleo, cualquier cosa. Me valía como válvula de escape. Tenía una necesidad de relacionarme, que no me aislara”
“Tomé la decisión de separarme en la casa de acogida. Lo único que quería en ese momento era un lugar en el que estar a salvo. Cogí a mi hijo y escapé de casa corriendo, me metí en el primer sitio que encontré pidiendo ayuda”.
“Siempre estaba cansada y con el ánimo por los suelos. Nunca tenía ganas de hacer nada. Todo eran dolores de cabeza y de huesos. Adelgacé muchísimo. Hasta pensé en el suicidio. Mi hijo era muy llorón, siempre con catarros y fiebres. Ahora estamos muy bien. Tengo alguna molestia en la espalda, pero nada más. El ánimo, muy bien”
“¿Qué de dónde saqué las fuerzas? Del miedo que le tenía porque me iba a quedar sola con él en casa”
Si necesitas ayuda no dudes en consultarnos, entrar en el foro , llamar al 016 o acudir a cualquiera de los recursos que señalamos en el apartado Dónde Acudir.
Piensa en las razones que te han llevado a tomar esta decisión. ¿Siguen siendo importantes ahora? Puede que haya pasado un tiempo desde que tomaste esa decisión y que algunas cosas hayan cambiado desde entonces. ¿Esas razones siguen siendo tan sólidas?
Vivir con una pareja agresora es una dura experiencia, lo primero que se resentirá (si no ha ocurrido ya) es tu salud. Son muy frecuentes en mujeres maltratadas los dolores intensos de cabeza, las migrañas, los dolores de huesos, los mareos, los problemas de tensión alta, las taquicardias, los dolores de estómago, etc. Problemas crónicos que afectan considerablemente la calidad de vida. También es frecuente el agravamiento de problemas de salud previos o la aparición de enfermedades como la fibromialgia, el intestino irritable, la esclerosis, la artrosis, el cáncer, etc. ¿Cómo es tu salud? ¿Con qué frecuencia debes o deberías acudir al médico?
Muchas mujeres maltratadas que han roto la relación con su pareja agresora han comprobado que su salud ha mejorado desde que se separaron. Incluso, en el caso de seguir teniendo la misma dolencia, su intensidad se hace más llevadera.
Algunos hombres dejan de pegar o son menos violentos porque han conseguido lo que quieren. Ya no te pega, pero quizá sigue despreciándote, insultándote. Piensa en cómo estás tú cuando él tiene un mal día y la toma contigo y piensa cómo estás cuando está más tranquilo. ¿Cuándo haces más cosas, razonas con más claridad, tomas decisiones más segura? Si siempre pudieras estar así de bien, ¿cómo sería tu vida?
Puede que en tu caso no veas salida por alguna poderosa razón, que los avances de las leyes todavía no hayan llegado hasta ti. Ten en cuenta que las leyes han cambiado y que cada poco están siendo ampliadas para llegar cada vez a más casos. Pide información cada cierto tiempo en el 016, para saber qué opciones tienes y contarles tu caso. Además, dando tu información anónimamente puedes contribuir a mejorar la atención a las mujeres maltratadas.
RECUERDA QUE AHORA EL MALTRATO ES UN DELITO. LA LEY ESTÁ DE TU PARTE. DEBE PROTEGERTE Y LO HARÁ.
Quizá, lo que les ha ocurrido a otras mujeres te sirva de ayuda:
“Me puse a trabajar a escondidas de él, trabajos esporádicos. Él me seguía y cuando me encontraba yo cambiaba de trabajo. Me separé porque las niñas ya eran más mayores, yo no quería que estuviera a solas con él los fines de semana”
“Él traficaba y también bebía y tomaba de todo. Me pegó una paliza cuando le encontré las cosas en el coche. Huí con mi madre, pero le creí cuando me dijo que le perdonara y mi madre tenía una pensión pequeña. Luego como cada poco iba al centro a dejar las drogas y venía mejor… Al final, cuando fue a la cárcel aproveché y marché”
“Mira con más de 60 años me separé. Después de más de 30 años casada. Me dio igual dónde marchar, lo que quería era tranquilidad. Ya sólo era la chacha, le hacía la comida y le lavaba la ropa. Él no quería separarse, claro”
“Como extranjera pensé que no podía denunciar. Pero un día me dio un golpe muy fuerte en cabeza, aproveché que pensó que no me iba a mover y salí gritando a la calle. Alguien llamó la policía y me ayudaron a poner la denuncia. No sabía que puedes denunciar, aunque estés sin papeles”
Nadie mejor que tú conoce y puede calcular el riesgo que corres conviviendo con una pareja maltratadora, así como al iniciar cualquier intento de cambiar tu situación. A continuación te exponemos unos consejos básicos que les resultaron útiles a otras mujeres que pasaron por lo mismo que tú:
Lo más importante si estás viviendo con una pareja maltratadora es que pienses en tu seguridad y en la de tus hijos/as. Quizá te sirva de ayuda lo que han hecho otras mujeres en tu situación para protegerse durante un ataque violento de su pareja: marchar de casa con cualquier excusa en cuanto preveían un ataque de violencia, huir en plena agresión y refugiarse en casa de alguien conocido, meter a los hijos/as en otra habitación y cerrar la puerta, irse a otra habitación diferente a la que ocupan sus hijos/as, encerrase en una habitación a la que han colocado un cerrojo (junto a sus hijos/as), evitar estar en la cocina o el baño donde hay objetos peligrosos, evitar quedar atrapada en una zona de la casa de la que es difícil salir, protegerse la cabeza con los brazos o con algún objeto (un cojín o una almohada), gritar muy fuerte para que alguien la oiga, etc.
Si buscas información por cualquier medio (internet, telefónicamente, acudiendo a algún lugar o contándoselo a alguien) toma precauciones para que él no se entere, sobre todo si tienes miedo a su reacción. En el apartado Dónde Puedo Acudir de esta web tienes una lista de recursos gratuitos con los que te puedes poner en contacto y que te pueden ayudar a entender tu situación. Si te preocupa mantener el anonimato, llama al teléfono 016, responderán gratuitamente todas tus dudas y no quedará rastro alguno de tu llamada. También, recuerda borrar el rastro en tu ordenador de tu visita a esta web. En el apartado Información Importante de la página de inicio de esta web te indicamos cómo hacerlo.
Si decides hacer algo y tienes miedo a su reacción cuando quieras hablar con él, pide ayuda a alguien para que te acompañe. Si en algún momento te parece que se pone demasiado violento, intenta huir con cualquier excusa.
Si decides que tu mejor opción es marcharte de su lado, consulta el apartado Conoce tus Derechos de esta web , entra en el foro para conocer qué hicieron otras mujeres en tu misma situación y acude en busca de ayuda al recurso más cercano de la lista del apartado Dónde Acudir de esta web.
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